-En memoria de Osvaldo, pensador y escritor del Occidente en Ruinas.
Occidente cuna de cultura.
Mi canto no está a tu altura.
Pero eres mi fuente de inspiración.
Para este épico ardor de prosa.
Te canto Occidente, madre Europa.
De ti mil banderas florecen en todos tus hijos.
Los que de ti llegaron para enfrentar el mundo.
Y dar el grito rotundo de la civilidad.
Desde la heroica Grecia de héroes y poetas.
De Homero y Platón; de Atenea y Prometeo.
De Leónidas y sus 300,
hijos de Heracles y el viento.
A la Roma eterna forjadora de Iustitia.
Que Imperator Cesar viera nacer un día.
Loba madre que legara un Virgilio y un Gayo.
Para gritar a lo alto: “Delenda est Cartago”
De la Germania irredenta que sangre entrego,
a todo el continente viajo y lucho.
Fue el Wodan de madera y su lanza.
Y el Ulfilas que guardara tu tradición.
Mismo Occidente del gran Martel,
que expansión extranjera supiera repeler.
La misma sangre que en la Rumania de tepes venció
Al Otomano Turco invasor.
El mismo Occidente de la Hispania eterna.
De Numancia y Viriato.
Nos daría un Cid y un Pelayo;
Un Cervantes y un Lope de Vega.
Gran Occidente de caballeros cruzados.
Que por el ideal se lanzaron a la Ciudad Eterna.
En marcha desde todas las tierras.
Para a Saladino darle pelea.
El Occidente de Carlomagno y Napoleon.
Que en el Franco reino diera luz de Nación.
Del Rey Sol y Jean del arco.
Sobre ti cae la cruz de un 1789 destructor.
Europa de la música como epopeya.
Perfección absoluta de los sonidos unidos.
De la 9na, Amadeus y las Valquirias de Ricardo.
De la Primavera Chopin y toda la Opera que vieran los teatros.
Cumbre del Arte y la belleza.
De Miguel Ángel y Da Vinci.
De la escultura como potencia.
En Rodin pienso, y en Brecker Siento.
Occidente de ultramar a la conquista
De tus venas se forjaron nuevos continentes.
De la América Hispana, al Norte Sajón.
De los Boers de de la Rey y exiliados de la guerra.
Occidente de las grandes ruinas,
sobre ti cae la memoria de un desdén en llamas.
De una Europa arrasada por la desidia.
De los hijos del dinero que no quieren ni aman.
Sobre tu sangre va cayendo la noche.
En una mezcla de progresismo reproche.
Que tu tradición ahora es horror.
Que tu pasado fue solo dolor.
Hoy tu historia está siendo borrada.
Por un igualitarismo que todo lo aplasta.
De rodillas ante la desaparición.
Por traidores gobernantes sin Dios ni Nación.
Occidente tus descendientes no saben quién son.
Por eso se entregan sin perdón:
Al genocidio de los no nacidos,
a la destrucción de la familia como embrión.
Pero los siglos son tu mejor amigo.
Ellos siempre te darán la razón.
Te darán el estandarte de los viejos mitos.
Para volver hacer retornar los antiguos ritos.
Del fuego y la espada, de la sangre y el alma.
Occidente, el día que despunte el Sol.
Y el sonar de las campanas,
despierte al dormido cantor.
Sonaran las trompetas y volverá tu batallón.
Entonces Occidente,
se escuchara la canción.
Y se alzara sobre tu frente, el Águila, Occidente.
Y traerá nuevamente:
La victoria, Occidente, eternamente.
Hidalgo de Occidente
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