martes, 4 de octubre de 2011

El Ultimo Argentino



“El fuerte es más fuerte cuando esta solo”

El Ultimo Argentino suspiro
Se miro a si mismo frente a un viejo espejo
Reconoció su condición, no por filosofía o noción
Sino por una simple sensación

El Ultimo Argentino aun sentía la Patria
Sentía el Himno, la bandera, las fechas
Sentía sus desgracias, su entrega, sus hazañas
Lo sentía profundamente como una espina bien clavada

El Ultimo Argentino se sabía heredero de una historia mágica
La Argentina que vio y la que le contaron
Abuelos de abuelos que la habitaron
Ancestros que dejaron su marcha luchando

El Ultimo Argentino leía si, aunque no era literato
Le gustaba la historia de su país, país que tanto amaba
Sus próceres y sus guerras, eran para él un gran relato
Parecía tan distante a la realidad que le golpeaba a diario

El Ultimo Argentino era de hábitos simples y cotidianos
Se levantaba temprano para cebar el mate y pasear al rope
Fieles amigos el mate y el can de los largos días de solitario exilio
Sentado leía el diario y como siempre al trabajo

El Ultimo Argentino viajaba triste por las calles
Veía mucha decadencia, pobreza y drogadicción
Niños hambrientos, ladrones sueltos, extranjeros riendo
Ya nadie le importaba nada, ni la Patria, ni nada

El Ultimo Argentino vivía sin sabor la vida
La cerveza ya no tenía sabor a malta ni cebada
La carne antaño rito criollo asadero argento
Ahora creada en laboratorios masivamente era otra cosa

El Ultimo Argentino se reconocía a si mismo
Como el último de su raza, un espécimen
Heredero del gaucho viril y criollo
Que habitaba antaño estas sureñas tierras

El Ultimo Argentino escuchaba con ardor sus viejos discos
El folclore llenaba siempre su hogar
Como quisiendolo regresar a épocas pasadas
Fraga, Larralde, Luna, entre otros morían en el olvido de su biblioteca
El Ultimo Argentino todavía festejaba las fechas Patrias
Se emocionaba al cantar el himno y al ver ondear la bandera
Cosas que para una sociedad moderna que había olvidado esos viejos ritos hace tiempo
Ya no importaba, ni emocionaba

El Ultimo Argentino se sentía solo
Sus amigos fueron muriendo o desapareciendo
Ya nadie compartía su visión del mundo
Ya nadie sentía la Patria como su propio rumbo

El Ultimo Argentino se sentó fijo
Tomo un lápiz y un papel y escribió
Palabras sentidas, imágenes distantes, sentimientos, sueños, anhelos
Escribió sin tapujos, así como Isis sin Velo

El Ultimo Argentino guardaba una herida muy profunda
Que día a día se agrandaba más
Como llaga en profunda carne
Su historia le dolía, como el dolor de una Madre

El Ultimo Argentino se sentía impotente ante la avalancha de los tiempos
Sentía que ninguna acción suya podría cambiar nada
Que esa realidad armada que le tenía que vivir era intocable
Sentía la cruel soledad del solitario exilio de la vida

El Ultimo Argentino soñó en ese papel un Altar
No de religión, ni de Dioses, solo un Altar
Un Altar a la Patria y su historia, a su sangre y su gloria
Lo soñó profundamente tanto que lo vio nacer y crecer en sus ideas

El Ultimo Argentino concibió en su pura simpleza
Una bandera poderosa para todos los héroes, para todo lo Argento
Fue así que el inconsciente colectivo de todo un pueblo vivió durante un instante en el
Y como si la memoria de la sangre se apoderase del abandono su mente para volar libre

El Ultimo Argentino comprendió su razón en el mundo
Se sintió feliz, completo, definido
Sonrió al pero, el mismo le respondió asintiendo
Dio una última mirada a la comida del día

El Ultimo Argentino dejo su escrito detrás y fue a disfrutar de su fin de semana
Preparo la carne, miro la tele, limpio al perro, destapo el vino
Hiso todo igual que siempre solo que en silencio
En su silencio de calma y reflexión… allí fue que sucedió

El Ultimo Argentino se desmaterializo un domingo
Frente al asado, mirando el partido