
-A jorge Luis…Por su imaginación…
El tiempo rasga mi rostro.
No siento los momentos.
El viento choca contra mis redes.
Mis redes infinitas de pensamientos.
Si lo real es lo evidentemente verdadero.
Será lo irreal la mentira.
El orden exacto de la vida…es real?
Es evidente?
En un segundo…desaparece la señal obscura.
El tiempo se rebela contra la luna.
El sol se rebela contra la realidad (una realidad no la otra).
Y le reclama el espacio dual de lo existente.
Percibo calmo el momento, los segundos se vuelven inciertos.
Exclamo calmo el momento.
No es el mismo, no es suceso.
El viento rampante de la eternidad.
Eleva majestuosamente mi red de pensamientos.
No puedo negarme, al misterio.
La noche ocupa la realidad evidente.
Para asustar a los que nos e atreven a vislumbrar la realidad no evidente.
El ser es la iluminación. Mas no se reflejan las luces, ni los colores.
Sino el ser mismo, en un tiempo esquivo.
Imagino una llanura metafísica.
De colores violetas y árboles eternos.
Robles que presencian los sucesos. Pasivos y calmos ante el momento.
Lo eterno del ser. Es un distanciamiento del tiempo.
Es su anhelo a lo eterno.
Lo finito, perecedero, no vale para pensar ni hacer un bledo.
Es eterna constancia con lo incierto.
Pues es más grato que se devele de nuevo.
Lo estático de la vida lineal, reclama un despertar.
Poder imaginar que la imagen es ley y el orden lo irreal.
Así reclamando un momento fuera de lugar.
El espacio se torna hacia adentro.
Espíritu fuerte del ser inmortal. Reclama tu ser imperecedero.
Transfigurando tú mismo mirando al llano.
De la llanura.
Allá por la penumbra, de lo que puede vislumbrar tu ser interno.
Arde tu cielo, mas no vives ningún momento.
Miro todo, absolutamente, nada, en la imagen que en la llanura resguarda una sombra oculta.
Despierta del irreal sueño de lo real. Que apresa lo inmortal.
Mira hacia el costado del suceso, y dale vuelta como un reflejo.
Algo te espera. Ya me esperaba.
Me encuentro vislumbrando un Sol negruzco, se va oscureciendo, no por eclipse.
Y no para el tiempo.
En una imperecedera liberación.
Me encuentro en el abismo de lo existente.
Clamo al presente ninguna verdad.
Pues contemplo todo, calmo y sereno.
Miro con los ojos cerrados, la llanura áspera de la irrealidad.
Me siento inmóvil en una roca que no siento ni percibo. Solo imagino.
Me siento a imaginar. Pues mi red de pensamientos se hace realidad.
En la llanura…contemplo, calmo y seguro.
La eternidad.
El Hidalgo Metafisico